El primer ministro francés, Manuel Valls, señaló que los servicios de seguridad creen que alguno de los terroristas tenía cómplices a los que se está buscando, y anunció un refuerzo de las medidas de seguridad en sinagogas, escuelas judías y mezquitas. Casi 5.000 agentes de la Policía y 10.000 militares con el objetivo de vigilar los puntos sensibles.