Con casi el 90% del voto escrutado, la extrema derecha se ha hecho con la victoria en laselecciones de Italia celebradas este domingo. Una extensa jornada -de 7:00 horas a 23:00 horas- en la que 50 millones de italianos e italianas estaban llamados a las urnas para decidir la composición de su Cámara de los Diputados y Senado. La participación ha caído a mínimos históricos y se queda en torno al 64%, según los últimos datos.

Con la ultraderechista Georgia Meloni y su partido Hermanos de Italia a la cabeza, la coalición que completan la Liga (de Matteo Salvini) y Forza Italia (de Silvio Berlusconi) ha conseguido los apoyos necesarios para hacer vencer al conservadurismo en el país. Todo apunta a que será ella quien se convierta en la primera mujer en gobernar Italia.

El avance del escrutinio ha confirmado todas las encuestas y sondeos a pie de urna. Al 97%, la coalición de Meloni, Salvini y Berlusconi se hace con más del 44% de los votos en el Senado y en la Cámara de Diputados. La extrema derecha de Hermanos de Italia acumula el 26,18%, con el Partido Democrático (PD) de Enrico Letta en segundo lugar (19,16%) y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) de Giuseppe Conte en tercer lugar (15,2%). Los socios de coalición de Meloni, la Liga Norte de Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi han quedado por debajo del 9% (8,86% y 8,09%).

Estos partidos, con su unión, han sabido aprovechar mejor las características de una ley electoral mixta, aprobada en 2017, que busca potenciar las coaliciones y la estabilidad de los gobiernos. Aunque parezca paradójico teniendo en cuenta que fue precisamente por esa falta de estabilidad por lo que cayó el anterior gobierno liderado por Mario Draghi, que dejó de contar con el favor de sus socios.

Y mientras la autodenominada centroderecha concurría ya con su anunciada alianza, el centroizquierda lo ha hecho por separado. El Partido Democrático de Enrico Letta, como formación principal y continuista de la políticas de Mario Draghi; el Tercer Polo, una coalición de los partidos de Carlo Calenda y Matteo Renzi; y varios partidos menores. El Movimiento 5 Estrellas de Giuseppe Conte -la formación más votada en las elecciones de 2018- ha ido por libre.

Hermanos de Italia ha conseguido acaparar el malestar social por la crisis económica y la desafección política, con una Meloni en campaña que ha querido mostrar su cara más moderada y en la que ha evitado proyectar la imagen de política agresiva y candidata del odio con la que se definía.

Meloni: "Gobernaremos para unir a los italianos"

En su aparición esta madrugada en un hotel en las afueras de Roma, Meloni ha hecho un discurso muy medido y sin tonos triunfalistas, en el que aseguró que la coalición de derechas gobernará "para que los italianos puedan estar orgullosos de ser italianos".

"Los italianos han dado desde las urnas una indicación clara, y la indicación es por un Gobierno de centro derecha con la guía de Hermanos de Italia", ha dicho Meloni.

La líder posfascista que es "tiempo de que los italianos tengan nuevamente un Gobierno que sale de una indicación en las urnas y es algo con lo que todos tienen hacer cuentas".

Ha lamentado que haya sido una campaña electoral "agresiva y violenta" y aseguró que "Italia y la Unión Europea necesitan la contribución de todos ante la situación compleja en la que nos encontramos".

También ha manifestado su pesar por los datos de la abstención, que fueron del 36 %, y aseguró que su objetivo será "reconstruir la relación entre el Estado y los ciudadanos".

En un pasaje de su discurso más sentimental afirmo: "Para nosotros es una noche de orgullo, de rescate y de lágrimas y abrazos, sueños y recuerdos, y es una victoria para los que ya no están".

Ahora, una vez que los italianos e italianas han escogido a sus diputados y senadores, le toca el turno al presidente de la República, Sergio Mattarella. Él es el encargado de consultar a todas las fuerzas políticas para ver si hay apoyos suficientes para que un candidato consiga la mayoría. Así, Meloni, Berlusconi y Salvini tienen ahora la tarea por delante de intentar formar gobierno.

Preocupación en Europa

El resultado de las elecciones en Italia importa a Europa. Sobre todo cuando un partido de extrema derecha liderará uno de los países fundacionales y romperá los equilibrios tradicionales de la Unión Europea.

Ante las previsiones del éxito de la extrema derecha italiana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se adelantó a los resultados para recordar públicamente que Bruselas cuenta con "instrumentos" para responder a los países miembros que se alejen de la "buena dirección" y defiendan políticas contrarias a las bases de la Unión Europea.

No es la primera vez que la Comisión Europea muestra preocupación por la deriva ultraconservadora que toman miembros como Hungría -país al que se ha optado por congelar parte de la financiación europea- o Polonia y a los que ahora se podría sumar Italia.

Lo que defiende Hermanos de Italia

La formación que alcanzó tan solo el 4% de los votos en las elecciones generales de 2018 y ha más que cuatriplicado los resultados sostiene un discurso ultraconservador.

En sus mítines, Meloni ha clamado contra los derechos LGTBI, contra la inmigración y contra el aborto. Defiende a la familia, pero solo su modelo de familia, y apuesta por fomentar la natalidad (siendo este un tema que ocupa más de una veintena de puntos de su programa). Presume de ser mujer, pero solo como lo es ella.

Con la presentación que hace de sí misma, "mujer, madre, italiana y cristiana", y que repite como un mantra no consigue sin embargo conseguir simpatías en el sector femenino. Según las encuestas de intención de voto previas a los comicios, su público es mayoritariamente masculino.

Meloni también se declara euroescéptica, aunque no apuesta por la salida de la Unión Europa sino por "defender los propios intereses nacionales".

Las novedades de estas elecciones

Estas han sido unas votaciones en las que se han incluido muchas novedades. Por ejemplo, por primera vez los menores de 25 años no solo han votado a los diputados, sino que también han podido elegir a los senadores.

Además, debido a una reforma constitucional de 2020, el número de parlamentarios a escoger se ha reducido notablemente: para los diputados se eligen a 400 políticos (mientras que antes eran 630) y para los senadores 200 (cuando antes eran 315.