Se ha puesto en funcionamiento la primera máquina expendedora de productos derivados del cannabis en la ciudad de Seattle, en el estado de Washingon, que es uno de los pocos en los que consumir y vender marihuana con fines recreativos es legal.
El presidente de 'American Green, Stephen Shearin ha explicado, "ya tenemos máquinas funcionando en Colorado, pero ésas sólo venden comestibles y otros derivados. La de Seattle es la primera en la que vendemos directamente cogollos", que es el brote de la planta de marihuana que aparece después de que la planta entra en la fase de floración.
En las dos máquinas expendedoras inauguradas en Seattle, aquellos consumidores mayores de 21 años que lo deseen pueden adquirir hasta una onza (28,3 gramos) de flor de marihuana en paquetes de 3,5 gramos, que se venden a 45 dólares cada uno.
Además de cogollos, las máquinas de American Green, bautizadas como ZaZZZ, también venden bebidas energéticas elaboradas con infusión de cannabis, galletas 'de girl scout' hechas con marihuana y productos asociados al consumo de este estupefaciente, como un kit de laboratorio para analizar el grado de calidad de la hierba.
"Las máquinas están programadas para que sólo permitan vender a cada usuario las cantidades máximas permitidas por la legislación del estado. Así, las restricciones que aplicamos en Washington no son las mismas que aplicamos en Colorado ni las mismas que aplicaremos cuando nos traslademos a otros estados", ha apuntado Shearin.
Aunque, por el momento, sólo hay máquinas en Colorado y las dos inauguradas en Seattle, los planes de American Green pasan por expandirse en el estado de Washington y en los otros dos que han legalizado la marihuana recreativa (Oregón y Alaska), además de aquellos en los que se permite su uso medicinal, como California.
La marihuana recreativa ha ganado terreno durante los últimos años en EE.UU. con su legalización en sendos referendos populares en cuatro estados diferentes (Colorado, Washington, Oregón y Alaska) y en el Distrito de Columbia, aunque en este último caso su aprobación definitiva depende del Congreso.