El Tribunal Supremo de Portugal ha dictado que las empresas no pueden obligar a trabajar los fines de semana a aquellos empleados con hijos menores de 12 años que lo pidan, excepto cuando demuestren que son insustituibles, según divulgó hoy el medio luso Público.
"El derecho a la conciliación de la actividad profesional con la vida familiar y el derecho a la protección de la paternidad y maternidad están incluidos en la Constitución y no pueden ser postergados por otros derechos o deberes profesionales", precisó el tribunal en octubre.
Ahora, las empresas que quieran ganar este tipo de causa deberán probar en tribunal que el empleado que pide no trabajar los sábados y domingos es indispensable, y que su ausencia compromete al funcionamiento de la compañía. Ante la posible sobrecarga de trabajo de aquellos que no tengan hijos en esas edades, el tribunal recordó que la conciliación familiar y laboral "requiere del acuerdo de varias políticas sectoriales" y "la posibilidad de, si no la obligación, discriminación positiva a favor de la familia".
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Esta decisión se basa en el caso de una trabajadora de una multinacional en un centro comercial en Almada, área metropolitana de Lisboa, que debía cuidar a sus hijos los fines de semana mientras su marido trabajaba, ya que no tenían a nadie que los cuidara si ambos faltaban a la vez. En 2019 escribió una carta a la empresa explicando su situación y pidió que le dejara no trabajar los fines de semana, a lo que la compañía respondió que lo permitiría sin comprometerse a mantenerlo en el futuro si la situación lo requería. El caso se revisó este año, cuando llegó al Tribunal Supremo, que dictó sentencia el pasado mes.