Los Gobiernos pretenden con un nivel de alerta elevado tranquilizar a la población: "Si yo estoy enfermo y veo médicos a mi alrededor, estoy más tranquilo que si estoy solo. Las fuerzas de seguridad lo que dan es tranquilidad a la gente" asegura Manuel González, teniente coronel del Ejército de Tierra.

Tratan de disuadir a los terroristas, pero la experiencia demuestra que ese despliegue no ha evitado que se comentan atentados: "No sirvió para evitar el atentado de Niza y este atentado de Mánchester tampoco lo hubiera evitado por más de hubiera desplegado 5.000 o 20.000 soldados en las calles" asegura Pedro Baños, coronel y experto en geoestrategia.

Por eso, se trata más de una muestra de firmeza por parte de los gobiernos: "Son decisiones que tienen más carácter político que de verdad efectivo en el ámbito de la seguridad. Hay que tener en cuenta que en unos días hay elecciones en el Reino Unido. En el caso de Hollande, era uno de los presidentes más desprestigiados" defiende Baños.

Que los militares asuman tareas de seguridad permite descargar de trabajo a la policía para que puedan centrarse en tareas, por ejemplo, de investigación. Pero la imagen de soldados patrullando las calles tiene una doble lectura: "Le estamos transmitiendo una imagen a los terroristas de que están atemorizando tanto a nuestras sociedades que estamos aplicando la máxima de las medidas" dice Baños.

Un despliegue de soldados que sobre el papel es temporal pero en la práctica se acaba prolongando indefinidamente. En Francia llevan ya año y medio.