Rueda de prensa del gobierno chino tras una reunión de urgencia. El presidente Xi Jinping asegura que la epidemia del coronavirus se está acelerando y que China se encuentra en una situación grave. Ya son más de 1.300 personas infectadas, de las que han muerto 42 y la población está asustada.

"El virus se está propagando muy rápido. La ciudad probablemente se cerrará, es comprensible", ha asegurado un joven.

El Gobierno ha enviado médicos militares a Wuhan, la ciudad en la que se detectó el virus para rastrear palmo a palmo el mercado, la zona cero. Hay 20 españoles, encerrados en la ciudad, entre ellos Pedro Morilla. "Las autoridades han instado a que la gente permanezca en su casa 15 días, las medidas cada vez son más fuertes", ha explicado este español que trabaja en China como entrenador de fútbol.

56 millones de personas en cuarentena y 17 ciudades bloqueadas, datos abrumadores y que empiezan a pesar en el ánimo de los que continúan allí. "Nuestra salud está en relativo riesgo. Nos gustaría volver a España", ha añadido Morilla.

Hasta la muralla china ha cerrado algunos de sus tramos en un intento desesperado por contener el desarrollo del virus. No funcionan los autobuses, tampoco se permite el tráfico privado y el Gobierno construye a contra reloj dos hospitales para atender a los afectados.

Lo único claro es que el coronavirus salió de un pequeño mercado en Wuhan donde a muy poca distancia hay un laboratorio de alto nivel, vinculado a la OMS. En enero de 2017 científicos americanos en la revista Nature ya avisaban de su peligrosidad.

"Llama la atención que los primeros casos estén relacionados con un mercado a pocos kilómetros de un laboratorio de alta seguridad biológica", ha afirmado Juan José Badiola, director del Centro de Enfermedades Transmisible en Zaragoza.

Los expertos recalcan que aunque estaba en el nivel máximo de bioseguridad el riesgo cero no existe.