Lindholm es el islote
aislado donde se investiga con enfermedades infecciosas: es el destino que el
Gobierno danés prepara para todos los, dicen, "extranjeros
indeseables". Esto es, todos los inmigrantes cuyas solicitudes de asilo se
rechacen y a los que no se pueda deportar y criminales que hayan cumplido
condena.
"No les queremos
aquí y se lo haremos notar" ha dicho la ministra de Inmigración, Integración
y Vivienda, todo en nombre de la Ley y el orden.
La medida se aplicaría a
partir de 2021 y aunque aún tiene que aprobarse, los presupuestos de 2019 -año
electoral en Dinamarca- ya contemplan los planes para las instalaciones de alta
seguridad, que costarán 100 millones.
El centroderecha danés "compra así"
el discurso de los ultras del Partido Popular de Dinamarca que, eufóricos, han
publicado un vídeo con consignas xenófobas: "Hasta que no nos podamos
deshacer de ellos, les trasladaremos ahí con policía a todas horas".