El paraíso de Rio de Janeiro, con su Cristo Redentor mirando el mar es sólo una estampa para turistas. La realidad es otra: bolsas de plástico, basura y bacterias fecales a tan sólo cinco meses de los Juegos Olímpicos. Incluso, competir en esas aguas pueden conllevar riesgos para la salud. La Organización de los Juegos Olímpicos asegura que se cumplen los estándares internacionales .
El paraíso de Rio de Janeiro, con su Cristo Redentor mirando el mar es sólo una estampa para turistas. La realidad es otra: bolsas de plástico, basura y bacterias fecales a tan sólo cinco meses de los Juegos Olímpicos. Incluso, competir en esas aguas pueden conllevar riesgos para la salud. La Organización de los Juegos Olímpicos asegura que se cumplen los estándares internacionales .
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