La Casa Blanca aprobó la declaración de emergencia solicitada por el gobernador del estado de Virginia Occidental (EEUU) como consecuencia de un vertido químico en el río Elk, que ha dejado sin agua corriente a más de 100.000 ciudadanos.
La declaración permitirá que los nueve condados afectados por el vertido reciban ayuda, en una jornada en la que se han cerrado escuelas, bares y restaurantes y se ha pedido a los ciudadanos que no usen agua del grifo para beber, cocinar, limpiar o bañarse.
El vertido procede de una fábrica de tratamiento de carbón que se encuentra junto al río Elk en la capital del estado, Charleston, y pertenece a la empresa Freedom Industries. El agua del río con el producto químico "4-Methylcyclohexane Methanol" contaminó una central de suministro de agua.