La Justicia de EEUU ha sentenciado a dos años y once meses de cárcel a Megan Rice, una monja católica de 84 años que irrumpió en un complejo nuclear con dos activistas para protestar contra ese tipo de armamento, según han informado medios locales.
Los activistas que acompañaban a Rice durante la protesta, llevada a cabo en 2012, eran un veterano de la guerra de Vietnam y un pintor de Minesota con historial delictivo, que han sido condenados a más de cinco años de prisión.
En su alegato, la monja le pidió al juez que la sentenciara a pasar el resto de su vida en la cárcel. "Por favor, no tenga indulgencia conmigo. Permanecer en prisión el resto de mi vida sería el mayor regalo que podría hacerme", afirmó Rice.
Provistos de linternas y un cortador de cerrojos, Rice y los dos activistas rompieron la valla de entrada para acceder al Y-12 National Security Complex, en Oak Ridge (Tennesse), donde permanecieron varias horas en las realizaron pintadas contra las armas nucleares y con citas bíblicas.
El director de la planta, Steve Erhart, indicó entonces que no solo provocaron importantes daños materiales si no que la ruptura de las medidas de seguridad dañó la credibilidad del complejo como un lugar seguro para almacenar material tan sensible.
El Y-12 es uno de los principales centros de almacenamiento nuclear en Estados Unidos y en él se producen elementos de uranio para cabezas nucleares y se desmontan viejas armas de este tipo. La defensa argumentó que los activistas no opusieron ningún tipo de resistencia en el momento de su detención y que sus acciones tenían una naturaleza meramente simbólica.