La candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, recibió de antemano pistas sobre varias preguntas antes de al menos un debate y otro acto televisado por la cadena CNN durante las elecciones primarias, según un correo electrónico de su campaña publicado por WikiLeaks.

El rival republicano de Clinton, Donald Trump, la ha acusado varias veces de haber obtenido las preguntas antes de los debates celebrados durante la primera mitad de este año contra su rival en las primarias demócratas, el senador Bernie Sanders. Pero no había pruebas de esas acusaciones hasta que WikiLeaks publicó hoy un correo electrónico en el que la actual presidenta interina del Comité Nacional Demócrata (DNC, secretariado del partido), Donna Brazile, da información a la campaña sobre una de las preguntas de un debate celebrado en marzo pasado.

"Una de las preguntas que irán dirigidas mañana a HRC es de una mujer con un sarpullido", escribió Brazile en un correo electrónico fechado el 5 de marzo, un día antes del debate de las primarias demócratas organizado por CNN en Flint (Michigan). "Su familia ha sufrido intoxicación por plomo y le preguntará qué hará Hillary Clinton como presidenta para ayudar al pueblo de Flint", añadió Brazile en el mensaje, dirigido al jefe de campaña de Clinton, John Podesta, cuyos correos han sido pirateados y están siendo publicados por WikiLeaks.

Brazile era comentarista en la cadena de televisión CNN y presumiblemente obtuvo gracias a ese trabajo la información sobre esa pregunta y otras que, en otro correo, promete enviar a Podesta antes de una entrevista de la cadena CNN con ambos aspirantes en las primarias demócratas.

La cadena CNN anunció que ha roto su contrato con Brazile a raíz de las revelaciones de WikiLeaks, y aseguró en un comunicado que nunca le proporcionó "acceso a ninguna pregunta, material de preparación, listas de asistentes o información de contexto" antes de ningún acto con Clinton y Sanders.

La pista que envió Brazile antes del debate en Flint parecía referirse a Lee-Anne Walters, una mujer que había hablado en público sobre los sarpullidos de su familia debido a la intoxicación con plomo, aunque la pregunta que hizo finalmente fue la de si Clinton endurecería los controles de los sistemas de agua en el país.