La casa de Joaquín "El Chapo" Guzmán, en Sinaloa, era un auténtico búnker, con una impresionante red de túneles: cientos y cientos de metros en un laberinto subterráneo para que el narco más buscado del mundo pudiese escapar. Pero esto le sirvió de mucho. Tras su detención a manos del ejército mexicano, Estados Unidos pide la extradición del narcotraficante para juzgarlo en Texas, California o Chicago.