Pese a que los relatos no han podido ser verificados de forma independiente, un periodista de la cadena ha asegurado que los relatos de tres personas entrevistadas coinciden. Algunas de las víctimas fueron apuñaladas, mientras que otras fueron ahorcadas, linchadas o arrojadas al mar.
Las embarcaciones, en la que se encuentran centenares de rohingyas, han recibido la negativa a entrar en su territorio de Tailandia e Indonesia, que sostienen no tener los recursos suficientes para atender a tal número de inmigrantes.
Unos 25.000 emigrantes, principalmente rohingyas y bangladeshíes, han intentado salir de sus países en barcos durante el primer trimestre del año, muchos de ellos víctimas de redes clandestinas de tráfico de inmigrantes.
En ocasiones estos emigrantes son abandonados por los traficantes en alta mar. Solo la semana pasada, unas 2.500 personas han logrado alcanzar las costas de Malasia e Indonesia, pero en otras ocasiones son rechazados por estos países.
Se estima que en Birmania viven alrededor de 800.000 rohingyas pero oficialmente son un pueblo sin Estado. El Gobierno de Birmania les niega la ciudadanía y los considera inmigrantes ilegales bangladeshíes. Bangladesh, por su parte, tampoco los reconoce como ciudadanos.