Hasta 1.200 pacientes podrían haber muerto por la deficiente gestión de un hospital. Pacientes sin lavar, ni comer, bebiendo agua de los floreros y orinándose en la cama. Era lo habitual en el centro hospitalario que está en el centro de Inglaterra y su caso ha conmocionado a la sociedad británica.
Una mujer perdió a su marido porque tras una operación quirúrgica no recibió la atención adecuada: "Le operaron a las 9.00h y a las 17.00h le encontraron muerto"
El escándalo es de tal magnitud que hasta el Primer Ministro avergonzado se ha visto obligado a pedir perdón: "Me gustaría ir más allá como Primer Ministro y disculparme ante las familias que sufrieron este horrible abuso no detectado durante mucho tiempo. En nombre de mi gobierno y de nuestro país lo siento mucho"
Un informe acusa al hospital de pensar en los pacientes en términos de rentabilidad económica: de primar el control del gasto sobre la salud del enfermo, un debate de rabiosa actualidad en todo el mundo.