El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el expresidente Barack Obama se han subido juntos al escenario junto a los candidatos demócratas de Pensilvania. Al mismo tiempo y en el mismo estado, Trump ha descendido de su avión para apoyar a los suyos. Y es que este es uno de los estados clave en estas elecciones de medio mandato; comicios en los que se renuevan los escaños de la Cámara Baja y un tercio del Senado de Estados Unidos.

"La tradición dice que el partido que ocupa la Casa Blanca pierde escaños en las elecciones de medio mandato, pero lo que no es tradicional es hasta qué punto los votantes están dispuestos a recompensar al partido de Trump por esta deriva iliberal", ha valorado Pedro Rodríguez, profesor de la Universidad de Comillas. Las consecuencias, no obstante, pueden dañar seriamente la reputación de Biden.

De perder la mayoría que tienen los demócratas en ambas cámaras, ni la ley del aborto por la que el presidente de EEUU prometió luchar ni muchas de sus políticas podrían salir adelante. Es por eso que tanto Obama como él han insistido en que hay mucho en juego. "La democracia está literalmente en la papeleta", han asegurado ambos dirigentes. Aun así, esta campaña tiene ya un sabor a campaña presidencial. Trump ha vuelto a insinuar su más que posible candidatura para 2024.

"Os prometo que en muy, muy, muy, muy poco tiempo seréis muy felices", ha asegurado el magnate y expresidente, que ha atizado a Biden por la situación económica. Con su discurso, ha logrado una radicalización entre los candidatos republicanos. "En la Biblia que he leído solo hay un hombre y una mujer, no hay nadie más", ha llegado a decir Herschel Walker, candidato republicano al Senado por Georgia.

Para Rodríguez, ahora el Partido Republicano "se comporta como un partido antisistema", y ha añadido: "Lo que vemos es que el cuestionamiento de la democracia que ya empezó en 2016 con la elección de Donald Trump... en estas elecciones se reproduce". Muchos de sus simpatizantes ya cuestionan la legitimidad de estas elecciones. Sin ir más lejos, en Arizona, hombres enmascarados y armados hasta los dientes han intimidado y fotografiado a los que se acercaban para adelantar su voto.