El Gobierno de Bélgica se dispone a prohibir la venta, importación, tenencia y consumo de dióxido nitroso, y colocar el llamado "gas de la risa" a nivel del cannabis en la legislación belga. El real decreto que aprobará este viernes el Ejecutivo, según la radiotelevisión pública RTBF, sólo permitirá la adquisición de esa sustancia de forma física o en línea para fines médicos, técnicos o como aditivo alimentario.

El gas, encapsulado en pequeñas bombonas o cartuchos metálicos, lo utilizan profesionales de la salud y tiene también aplicaciones en la informática o la pastelería, entre otras. En su vertiente recreativa se introduce en un globo desde el que se inhala y en unos 15 segundos produce sensación de bienestar, desinhibición, relajación y euforia, y sus efectos se prolongan durante unos dos minutos.

También llamado monóxido de nitrógeno, óxido hiponitroso, protóxido de nitrógeno o "proto" en argot, puede provocar dolores de cabeza, náuseas y vómitos, así como trastornos cardíacos o de la tensión, especialmente si se consume con regularidad. El uso frecuente de "gas de la risa", cuya venta ya está prohibida en Bélgica a menores de edad, obliga a aumentar la dosis para obtener el mismo efecto, con los que también aumenta el riesgo para la salud.

Las autoridades belgas llevan varios años intentando acotar el uso de esa sustancia, que ha adquirido cierta popularidad entre los jóvenes, y distintas localidades lo han prohibido ya a nivel municipal.