"Esto es triste, desolador, pero damos gracias a Dios de que en nuestra comunidad no hubo ninguna desgracia humana", aseguró la vicepresidenta de la Junta Comunitaria de La Perla, Carmen Lourdes López, durante un recorrido por el casco histórico del Viejo San Juan.

"Entiendo que vamos a salir a flote. Al igual que toda la isla, vamos a subsistir. Lo importante es unirnos y no desesperarnos y que las ayudas lleguen adonde tienen que ir", agregó López, residente de San Miguel, una de las cuatro comunidades de La Perla, hace casi seis décadas."Y aunque yo no tenga en mi casa comida, ni agua, ni luz, lo que tenemos, lo estamos compartiendo entre todos nosotros. En la unión está la fuerza. Con fe y con la ayuda de Dios nos vamos a levantar", agregó López.

Hasta el jueves, ningún funcionario del Gobierno central o municipal había acudido a La Perla a prestarle algún tipo de ayuda a la barriada."Solo queremos que nos ayuden un poco y nosotros seguimos. Si alguien nos necesita, también vamos a darle la mano, pero que no nos dejen en el abandono", recalcó López.

Otro residente del folclórico sector hace 60 años es Manuel Torres. Su residencia quedó completamente destruida por el azote de María el 20 de septiembre, que dejó sin electricidad al territorio caribeño."No sabía que iba a ser tan potente. No fue tan fácil. Cuando vinieron los vientos, eso empezó a volar. Rompió el cartón, la madera. Esta casa, a pesar de que es de cemento, temblaba", relató Torres, quien pasó el ciclón junto a su madre y su sobrina, quien también perdió su residencia.

La Perla, fundada por personas que se movilizaron desde los campos de la isla a la capital en el siglo XIX, ha sido marginada debido a que ha sido poblada por ciudadanos de bajos recursos económicos. El rechazo a esta barriada, ubicada a varios minutos caminando de la sede del Ejecutivo, viene de largo ya que es considerado un lugar inseguro por su alta incidencia criminal.

Una de las vallas de la cancha de baloncesto del sector, acondicionada hace varios años por el baloncestista de la NBA de sangre puertorriqueña, Carmelo Anthony, presentaba un cartel que pedía ayuda al Gobierno, así como otro en el que se lee: "'Despacito', no nos abandones".

"La luz no va a venir por dos o tres meses, porque acá somos los últimos que atiende el Gobierno. A los hoteles y la gente de dinero son a quienes atienden primero. La gente pobre somos los marginados", aseguró Torres."La comunidad se está levantando, igual que todo Puerto Rico. No nos podemos quedar de brazos cruzados. Ahora solicitamos toldos, alimentos y medicamentos", detalló la presidenta de la Junta Comunitaria de La Perla, Yashira Gómez.