La planta metalúrgica de Azovstal, último reducto de resistencia ucraniana en la asediada ciudad portuaria de Mariúpol, ha caído. Decenas de combatientes se han rendido finalmente tras semanas atrincherados en los búnkeres y túneles bajo la acería. Concluye así el más devastador cerco que ha llevado a cabo Rusia en su invasión de Ucrania.
La artillería del Kremlin llevaba semanas golpeando Mariúpol, un importante puerto en el mar de Azov entre Rusia y la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. Allí se han producido algunos de los combates más cruentos de la guerra, que ha dejado la ciudad devastada.
Durante el asedio, cientos de combatientes ucranianos -muchos de ellos del Batallón Azov- y también población civil se refugiaron en las instalaciones de la acería, una enorme infraestructura de la época soviética bajo la que se extiende todo un laberinto de túneles y búnkeres subterráneos.
El Ministerio de Defensa ruso ha informado ahora de la rendición de 265 soldados ucranianos, incluidos 51 heridos de gravedad, que, según Moscú, serán atendidos en Novoazovsk, en la región de Donetsk. De acuerdo con Kiev, son 264 los militares evacuados, incluidos 52 gravemente heridos. Según un testigo citado por Reuters, varios autobuses con soldados han abandonado la acería este martes, escoltados por fuerzas prorrusas. Algunos combatientes, según la citada agencia, aparentemente no parecían heridos.
El mando militar ucraniano había indicado en las primeras horas del martes que la misión para defender la planta había concluido. "La guarnición de Mariúpol cumplió su misión de combate. El Comando Militar Supremo ordenó a los comandantes de las unidades estacionadas en Azovstal que salven la vida del personal", aseguraba el Estado Mayor General del Ejército ucraniano en un comunicado.
Mientras, el destino de estos soldados es incierto, en un momento en que la Fiscalía rusa ha pedido reconocer al Batallón Azov como organización terrorista y después de que, este mismo martes, un diputado ruso, Leonid Slutsk, pidiera la pena de muerte para sus combatientes.
Según Moscú, los soldados ucranianos evacuados de la acería son ahora prisioneros de guerra, mientras que este martes la viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, ha afirmado que una vez que la condición de los heridos de estabilice "serán canjeados por prisioneros de guerra rusos".
El estremecedor relato de los civiles
Por su parte, la mayoría de los civiles que se habían refugiado en la acería habían sido rescatados en las últimas semanas tras el acuerdo alcanzado por la ONU y la Cruz Roja con ambas partes en el conflicto para evacuarles. Hace dos semanas, los primeros evacuados llegaban finalmente a zona segura en Zaporiyia, en muchos casos, tras casi dos meses sin ver la luz solar.
A su llegada, relataron a laSexta el infierno que habían vivido durante ese encierro, tal y como puede verse en este vídeo: