Al menos 157 personas han muerto y otras 165 siguen desaparecidas a causa de la rotura de la presa de Brumadinho, en el estado brasileño de Minas Gerais, según el balance de víctimas que ha proporcionado este sábado el servicio de bomberos.
Este sábado se han retomado los trabajos con maquinaria pesada y los sobrevuelos de doce helicópteros. El dispositivo está integrado por 390 personas, incluidos 289 bomberos militares, 64 integrantes de la Fuerza Nacional de Seguridad y 37 voluntarios. Además cuentan con 17 perros de rescate.
La presa reventó el pasado 25 de enero permitiendo que el agua y el barro se precipitaran sobre Brumadinho. Un alud de barro destruyó las sirenas que debieron alertar a los empleados y bloqueó una ruta de escape que había sido descrita como segura por parte de Vale.
Cinco empleados de la compañía extractiva fueron detenidos cuatro días después pero el martes fueron puestos en libertad por falta de pruebas. Las autoridades brasileñas han congelado más de 800 millones de reales (cerca de 191 millones de euros) de Vale para compensar a las víctimas.