El domingo Argentina decide su futuro político en unas elecciones presidenciales en las que el ultraderechista Javier Milei parte como favorito en las encuestas.

Caracterizado por sus excentricidades, que le alejan de la moderación en sus ideas y sus formas, Milei no oculta que quiere eliminar todos los ministerios y que su principal reto es ganar en la primera vuelta.

No obstante, para conseguir su objetivo tendría que arrasar el próximo domingo, cuando se celebra la primera parte de los comicios. Entonces, el candidato vencedor necesita ganar superando el 45% de los votos.

También tiene la opción de postularse vencedor con un 40% de votos, pero distanciándose 10 puntos o más sobre el segundo líder más votado. Un hecho que parece bastante improbable incluso para él, que incluso se presenta como una megaestrella del rock en su cierre de campaña.

De manera mucho más discreta ha cerrado su campaña la candidata del centro derecha del expresidente Macri, Patricia Bullrich, que se limitó a pedir a los argentinos un cambio en el Congreso de la Nación, hasta ahora liderado por la coalición encabezada por Alberto Fernández.

El tercero en discordia es precisamente la mano derecha del hasta ahora presidente argentino. Sergio Massa, peronista, es el favorito por el establishment y por Occidente. Lo llaman el superministro de Economía y es precisamente eso, su gestión, lo que utiliza como gran baza: "Nuestra deuda más importante es el desarrollo (del país) y tenemos que pagarla en base a una discusión honesta y firme", afirmó en el cierre de campaña.

El próximo domingo 22 de octubre, los tres se verán las caras y, previsiblemente, los dos más votados se enfrentarán en el 'round' final el próximo 19 de noviembre.