Khalid no era su verdadero nombre, sino el último de sus muchos alias, tras convertirse al islam. El atacante de Westminster nació en el condado de Kent el día de navidad de 1964 de madre soltera. Según los tabloides británicos, Adrian/Khalid llevó una vida disipada, con múltiples domicilios y ocupaciones en el Reino Unido salpicada de altercados que le acabaron llevando a Arabia Saudí, en 2005, como profesor de inglés. Allí pasó cuatro años y, se cree, se islamizó.

Se radicalizaría, ya de vuelta en el Reino Unido, en la cárcel. Porque aunque presumía de ser un profesional "amigable y cercano", profesor certificado y supuestamente diplomado con excelencia en Económicas, su historial criminal se remontaba más de treinta años: trufado de agresiones, violencia y armas. Culturista aficionado, llegó a apuñalar a un hombre en la cara tras una pelea.

Apodado 'el vampiro' por sus hábitos nocturnos, algunos vecinos dan cuenta de su "doble personalidad". Su otra cara, la de un padre devoto y reservado. Una vecina explica que "era un padre de familia normal, llevaba a sus criaturas al colegio y le gustaba cuidar de su jardín".

Pero, según la inteligencia estadounidense, frecuentaba la compañía de yihadistas activos y habría estado a un paso de alistarse como "soldado del califato" terrorista de Daesh.