El nuevo sistema de becas del gobierno español se anulan las ayudas a los desplazados y para premiar el expediente académico se obliga aprobar el 100% de los créditos matriculados. En el próximo curso las becas se reducirán a la mitad, pasando de 6.000 a 3.000 euros.

Esto mantiene en jaque al 66% de los universitarios que ven peligrar el próximo curso académico. Los universitarios lo tienen claro y saben que "este requisito no está hecho para ayudar sino para ahorrar en becas".

Otros alumnos son mucho más claros y si nos les conceden la beca para el próximo año son capaces de no hacer el curso académico. Esta es la forma de pensar de Paula Zapata, "si mi familia tiene que pagarme la carrera, no la hago, porque no puedo someter a mi familia a ese peso".

Incluso trabajando, única manera de financiarse los estudios sin beca, es cada vez más complicado. Desde la entrada del Plan Bolonia los estudiantes no pueden compaginar estudios y trabajo porque están obligados a ir a clase. Así que si trabajan se están arriesgando a suspender, y un suspenso les condena a no tener beca. Por lo que se llega a la conclusión de sólo pueden estudiar con este nuevo sistema educativo los alumnos que más dinero tienen.