Este domingo se han vivido distintas manifestaciones en Galicia, País Vasco y Barcelona contra la reforma laboral del Gobierno, unas movilizaciones que la vicepresidenta Yolanda Díaz "respeta" pese a que defienda que la ley beneficia a los trabajadores.
"Es la primera reforma en 40 años que, en cada uno de los preceptos, recupera derechos para la gente trabajadora", explica, una idea que no comparten los sindicatos vascos.
Pello Igeregi, responsable de negociación colectiva de ELA, asegura que la reforma "convalidará prácticamente todos los contenidos de la reforma del 2012". Los sindicatos gallegos, por su parte, lo tachan de "fraude" en una manifestación en la que han estado acompañados del BNG.
"¿Por qué habiendo una mayoría en el Congreso que permite la derogación de la reforma laboral del PP tiene una propuesta que significa un lavado de cara?", se pregunta la portavoz nacional de la formación, Ana Pontón.
A cinco días de la votación, Unai Sordo insiste: nadie en la izquierda debería entorpercer su aprobación porque sería un error histórico. El PNV, sin embargo, se opone, y le pide al Ejecutivo que ponga firme a una patronal que defiende que se extralimita.
Desde el PP, Alberto Núñez Feijóo asegura que podrían cambiar su 'no' si se le deja proponer a su partido "algunos ajustes". Los empresarios, por su parte, han exigido que "no se cambie ni una coma".
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¿Por qué es importante? Son cuatro millones de personas las que ahora temen quedar en un limbo después de que la mutua y el Gobierno no alcancen un acuerdo para renovar la licitación.