La situación es tensa en la sede de Pescanova, una empresa que en 2011 dio beneficios de 48 millones de euros, que en lo que iba a de año había subido en bolsa más de un 24% y cuyo futuro, sin embargo, pende de un hilo.

En sólo dos días hábiles, desde que suspendió su cotización el jueves, las acciones de Pescanova han caído casi un 70%. Una auténtica debacle para los accionistas, Aunque no para todos ellos.

El exconsejero delegado Alfonso Paz Andrade vendió hace sólo un mes 750.000 acciones por más de un millón de euros. Si la venta la hubiera hecho hoy hubiera sacado bastante menos de la mitad.

Tras esta puerta estaban reunidos los sindicatos que representan a los más de 10.000 trabajadores de Pescanova. No quieren de momento hablar sobre las posibles consecuencias para la plantilla aunque el batacazo bursátil siembra serias dudas sobre el futuro de una multinacional española con más de 60 años de historia.