Después de siete meses con sus 500 tiendas en Rusia cerradas, y sin visos de que la situación vaya a aclararse pronto lo suficiente como para reabrirlas, el gigante textil Inditex estaría valorando vender o ceder sus tiendas a algún socio del Golfo Pérsico o del sudeste asiático.

Porque a pesar del cierre, la compañía sigue pagando sus locales y a sus trabajadores en un mercado que antes de la guerra le aportaba el 8% de los ingresos.

El gigante textil confirma que estudia varias opciones sobre su futuro allí. Pero nada más, aunque los medios rusos apuntan al citado plan de transferir sus activos. Las tiendas seguirían abiertas pero con otra marca fuera de las de Inditex. La duda es si esta salida sería definitiva o una cesión temporal. "Podría ser reversible si lo que hacemos es transferir los activos a una empresa amiga. Con lo cual en un periodo no muy largo de tiempo si podríamos revertir esta venta", explica el profesor de la escuela de negocios EUDE, Miguel Ángel Sánchez.

Gestamp es otra multinacional española que hoy todavía mantiene sus cuatro plantas allí pero cerradas. Hasta fin de año sigue pagando sueldos y tendrá que tomar una decisión cuanto antes. La compañía podría seguir los pasos de Roca, que en junio vendió sus siete factorías en el país.

Esto no solo son malas noticias para las empresas españolas. También lo es para la economía rusa. "Es muy inquietante porque significa salida de capitales y eso a medio plazo va a dañar la economía rusa", sostiene el exconsultor del Banco Mundial Mario Weitz.

La tendencia es generalizada. Nissan se deshizo por un euro de su negocio en Rusia. Danone, Citi, Starbucks, McDonalds... son otros nombres propios que ya han huido de Rusia.