Talgo es un icono de la movilidad sobre raíles en nuestro país, una auténtica revolución que pronto atrajo el interés de países extranjeros como Estados Unidos. Aquí en España empezó a rodar en 1959, en blanco y negro, pero su tecnología sigue presente en los trenes de la actualidad. Y esto es gracias a que se trata de un sistema "muy robusto, muy fiable y muy económico de construir y de ejecutar", según los expertos.

Una seña de identidad que ahora la empresa húngara 'Magyar Vagon' quiere arrebatar a España través de una OPA. Se quiere hacer con el 100% de Talgo a través de una operación que rondaría los 630 millones de euros. El Gobierno ya ha mostrado su rechazo frontal a esta opción. Aseguran que es una empresa estratégica y que se estudiará en la Junta de Análisis de las Inversiones Exteriores.

La razón es que detrás de esta compra se esconde una posible conexión con Rusia. Un 45% de la empresa interesada pertenece a 'Corvinus', un fondo de inversión propiedad del Gobierno de Viktor Orban. El Ejecutivo está dispuesto a activar el escudo "antiopas" para frenarlo. Se trata de un mecanismo legal para evitar posibles adquisiciones de empresas estratégicas por parte de fondos de inversión extranjeros.

El viaje de Talgo en nuestro país dura ya más de ochenta años. Cuenta con dos fábricas en España: una en Rivabellosa (Ribera Baja, Álava) y otra en Las Matas (Madrid), además de seis bases de mantenimiento.