Fernando Martín lo hizo todo a lo grande. Montó un imperio inmobiliario, llegó a la lista Forbes y luego cayó hasta protagonizar el mayor concurso de acreedores y ahora la liquidación más grande de la historia empresarial española. Martinsa-Fadesa definitivamente en un mar de 7.000 millones de deuda. Casi 1.500 le corresponden a la Sareb, el banco malo.
Este naufragio empezó en 2008. Desde entonces la inmobiliaria se ha ido desmembrando para poder hacer frente a sus deudas. Mientras, Fernando Martín perenigraba de juzgado en juzgado. De poco ha servido la gestión a coste de oro de los administradores concursales.
Martinsa lleva meses funcionando como un muerto viviente, algo que ejemplifica el caso de Rubén. "Yo acabao de comprar una casa y nos acabamos de instalar. Creo que me ha salido más barato", explica Rubén. Ha comprado a mitad de precio en una urbanización fantasma aprovechando que Martinsa está desapareciendo. "A pesar de la destrucción de empleo, Fernando Martín no ha visto mermar su patrimonio", sostiene Paulo Carril, del sindicato CIG Martinsa Fadesa.
Habrá que ver qué pasa con ese patrimonio cuando empiecen a llamar los acreedores.