700 personas van a quedarse sin trabajo por el cierre de las plantas de Alcoa en Avilés y A Coruña. Aunque en la última década esta multinacional ha recibido hasta 1.000 millones de euros en ayudas públicas. Y por ello salen a reivindicar sus puestos de trabajo: "Solo estamos pidiendo que esto se arregle, que se retire el despido colectivo".

Exigen que paralicen el plan de cierre y que el Gobierno negocie una tarifa eléctrica con la empresa. Razón que alega la multinacional para justificar los cierres. Eso y que las fábricas se han quedado antiguas: "Las instalaciones llevan 50 años así y está saliendo aluminio".

Los trabajadores aseguran que las fábricas son rentables. Aunque Alcoa afirma que tras la subida del coste de la energía se conseguirían mejoras organizativas centralizando la producción en la planta de Lugo. Mientras, el ejecutivo no cree que esta sea la causa.

La empresa se beneficia de un 30% de las subastas de ininterrumpibilidad. Según la ministra de Transición, Alcoa es una de las grandes beneficiadas de este apoyo a las empresas energéticas. Para la próxima semana Industria ya ha convocado una reunión: "Vamos a exigirle a la empresa su compromiso, que mantenga las dos plantas productivas y encontrar los escenarios para que esto sea así" asegura Reyes Maroto, ministra de Industria.

Mientras tanto continúan las movilizaciones. Los trabajadores pararán durante dos horas en su horario laboral y el 8 de noviembre habrá nueva concentración de los trabajadores de Avilés.