A Jesús Terciado le llegó todo impuesto desde la cuna. Heredó de su padre un pequeño emporio gasolinero y la filiación al Partido Popular. Desde su Ávila natal escaló a la cúpula de la patronal guiado por un buen sherpa, Díaz Ferrán.

Terciado nunca se avergonzó de reconocerlo. "Lo digo directamente: soy el hombre de Díaz Ferrán para CEPYME". Colocando a Terciado en CEPYME, Díaz Ferrán se libró de una de las voces que siempre pidió su marcha.

Al final el que tuvo que tomar la puerta de salida fue Bárcenas, mientras Terciado se colocaba al frente de CEPYME y se hacía un hueco en la atestada vicepresidencia de la CEOE. En ese consejo, con Díaz Ferrán ya fuera, Terciado se ha convertido en un hombre fuerte de Rosell, con el que bromeó después de la aprobación de la reforma laboral.

Su perfil moderado y conciliador siempre le ha mantenido en un segundo plano mientras sus empresas prosperaban. Ahora se enfrenta a un mal trago, a una denuncia por corrupción.

"El 99,9% de los empresarios pequeños, de los políticos, de todos los colectivos, es gente honesta y honrada", aseguró Terciado en una ocasión. Ahora está en manos de los tribunales decidir si él pertenece a ese 0,1% restante.