El estrecho de Ormuz es el nexo del Golfo Pérsico con el océano, un río de petróleo que riega al mundo con 20,5 millones de barriles diarios, casi el 27% de todo el comercio marítimo internacional de este tipo de productos. La tensión geopolítica, y sobre todo el botón rojo sobre la zona que está en manos de Irán, puede bloquear esa zona y volver a disparar el petróleo por encima de los 100 dólares.

Este fin de semana no solo Irán ha atacado a Israel, sino que oficialmente se confirma que el conflicto local, en Gaza, ha alcanzado la categoría de regional en Oriente Próximo. Los mercados ponen ahora sus ojos en el estrecho de Ormuz, donde muchos países que están entre los principales productores de petróleo tienen salida al mar: Arabia Saudí, Kuwait, Irak, Emiratos Árabes, Qatar y el propio Irán.

El precio del petróleo a corto plazo

La escalada del fin de semana ya la habían previsto los mercados, con subidas el pasado viernes. Hoy han respondido con calma, tensa estabilidad en los precios, al teórico estancamiento del conflicto, pero las subidas no se contraen, el Brent sigue en los 90 dólares. En cuanto al comercio general de mercancías, el precio de los fletes repunta, aunque aún está lejos de sus valores de diciembre, y mucho más de los máximos que marcó justo después de la pandemia.

El escenario, al menos a lunes 15 de abril, mantiene el moderado optimismo de la clase política y empresarial. Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, espera que la escalada se estanque y cree "que los mercados hoy están interpretando eso". Este es el diagnóstico mayoritario, y el que comparte también Carlos Cuerpo, ministro de Economía, que sí que promete "un seguimiento y una monitorización continua" de la situación.

Lo que está en juego

¿Qué pasaría si Irán decide apretar el botón rojo y cerrar el estrecho de Ormuz? Significaría cortar el tránsito de 20,5 millones de barriles diarios de productos petrolíferos, prácticamente el 27% de este comercio marítimo, según los últimos datos de la EIA del primer semestre de 2023.

Cerrar el paso a los petroleros supondría cortar la salida al océano de Irak, Kuwait y Catar, y a gran parte de la zona costera de Emiratos Árabes. Arabia Saudí también saldría perjudicado, pero todavía podría contar con su costa occidental en el mar Rojo.

Un conflicto así supondría una inmediata subida de los precios del petróleo, salvo que países como Estados Unidos sacaran al mercado sus reservas de petróleo, algo que podría hacer Joe Biden en EEUU "si tiene intención de mantener el precio del crudo limitado durante su campaña electoral" hasta el próximo otoño, asegura Rafael Noguera, profesor de EADA Business School.

Exposición de España

Si el conflicto se amplía a más países, y se extiende en el tiempo, "podríamos estar hablando de precios disparados" defiende Noguera, y ante ese escenario, todos los países occidentales se verían fuertemente golpeados.

Entre todos estos países, España sería de los que mejor encajaría el golpe, dada su diversificación energética gracias "a los paneles solares, la energía eólica, las regasificadoras...", defiende Santiago Carbó, catedrático universitario de la Universidad de Valencia y director del área financiera de Funcas. Supone un impacto directo para los surtidores de gasolina y diésel, que ya están recogiendo las subidas que marca el petróleo.

En cuanto a las mercancías, el precio de los fletes de los buque están repuntando según el índice bursátil que lo cuantifica, el Baltic Dry Index. Sin embargo, el gobierno español, en boca de Luis Planas, ministro de agricultura, cree que "la situación es estable".

Por otro lado, el Banco de España, en su Informe de Estabilidad Financiera de primavera, muestra su preocupación por el conflicto y en concreto teme que "si llega a afectar al tráfico a través del estrecho de Ormuz, acabe perturbando de manera más intensa a la economía global".