Anasasio Bajo firmó un paquete de preferentes por valor de 44.000 euros en su oficina de siempre, con un director al que consideraba amigo y del que como siempre, se fió. “Lo que yo quiero es recuperar el dinero y olvidarme para siempre de esta persona” dice.

Por eso, con ayuda de dos abogados ha recurrido al juzgado, del que espera una resolución. “Si hay que colapsar todos los juzgados de España, habrá que colapsarlos. Seguro que nombrarán jueces y el Gobierno tomará cartas en el asunto” dice Tasio.

Aunque el arbitraje es solución para algunos casos, en otros ha sido necesario emprender la vía judicial. “A las entidades no les compensa asumir su error y devolver aquél dinero que obtuvieron negligentemente” afirma Antoni Blanch, abogado de la plataforma de afectados de Girona.

Recientemente ha comenzado un proceso de 350 personas para recuperar su dinero, que a pesar de lo que les aseguraron no está disponible. Muchos contratos, además, pueden llegar a considerarse nulos, como asegura Andrés Ruiz, abogado de la misma plataforma. “Nos hemos encontrado casos con firmas falsas en documentos, como puede ser el caso en el que una de las dos partes contratantes es una persona disminuida”.

En el caso de David Díez, su contrato mentía sobre lo que compraba, 6.000 euros en preferentes que ahora recuperará tras llegar a un acuerdo con el banco. “Cuando estalló el tema de las preferentes, me di cuenta que todo lo que decía el contrato era completamente falso”.

Como David, Tasio y su familia esperan dar carpetazo a este asunto, recuperando el dinero que depositaron engañados.