La subida del precio de la electricidad la sufrimos los consumidores y también las grandes empresas electrodependientes. El sector de la siderurgia pide al Gobierno un pacto por la industria y que rebaje el precio de la energía eléctrica.

"Nosotros lo que necesitamos es un precio competitivo, no queremos subvenciones", dice Andrés Barceló, director general de la Asociación de Empresas Productoras de Acero (UNESID).

Una planta siderúrgica en España paga 20 euros más por megavatio/hora que si estuviera ubicada en Alemania. "Nuestra industria está sometida a un comercio internacional. No estamos hablando de competir con los precios de Estados Unidos, que son infinitamente más bajos, sino con los países europeos", añade Barceló.

Para que se hagan una idea del gasto eléctrico que genera una planta siderúrgica, la factura de la luz de un mes asciende a 150.000 euros.

Un horno eléctrico devora energía, funde la chatarra y la transforma en acero. "Se meten unos electrodos por donde pasa la corriente, salta a un arco eléctrico, y ese arco eléctrico que tiene mucha energía y calor funde la chatarra", destaca el director.

Este es el resultado final, vigas de acero para la construcción. La electricidad ha sido fundamental en el proceso.

Alcoa ya acusó su crisis financiera a los costes de la electricidad y, aunque al sector le urge negociar con el Gobierno, con un ejecutivo en funciones no pueden avanzar.

"No puede establecer nuevas políticas públicas, no puede diseñar estrategias distintas de como están llevándose a cabo las cosas en este momento", explica Jaime Ferri, profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid.

Si a medio plazo no se bajan los precios, las fábricas españolas estarían abocadas al cierre. Están en juego 22.000 puestos de trabajo directos.