El volumen de pescado consumido en los hogares españoles fue, en 2022, el más bajo de la serie histórica. Desde 2008 se ha reducido un 32,8%, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El descenso más acusado lo registran los mariscos, moluscos y crustáceos frescos (-45%), además del pescado fresco (-38,6%). El consumo de mariscos, moluscos y crustáceos cocidos también se ha reducido (-15,1%), mientras que el de conservas de mariscos y pescados es el único que ha aumentado en los últimos 15 años (+6%).

Cuánto pescado consumimos

En 2022, el consumo de pescado en España fue de 19,9 kilogramos por persona y año, frente a los 22,72 kg de 2021. La menor ingesta corresponde a los niños y los jóvenes, dos colectivos en los que su consumo debería ser prioritario.

En caso de los niños, es de solo 3 kilos anuales. Solo las clases alta y media-alta superaron la media (29,2kg por persona y año), mientras que los consumidores que pertenecen a las clases media, media-baja y baja registraron un consumo por debajo del promedio.

Cuánto gastamos en pescado

Precisamente, el principal causante de este acusado descenso es el precio, que ha aumentado un 7,4% de media en el último año, hasta los 9,99 euros el kilo. El gasto per cápita en productos pesqueros fue de 191,58 euros anuales por hogar el año pasado.

Para revertir la situación, Fedepesca (Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios Detallistas de Pescados y Productos Congelados) reclama al próximo Gobierno la eliminación del IVA de los productos pesqueros.

Además, su directora general, María Luis Álvarez, alerta de un preocupante aumento del sobrepeso, especialmente entre los niños y las familias vulnerables. El gasto sanitario derivado de una mala alimentación se ha incrementado hasta los 14.000 millones de euros al año.

Déficit de viviendas

Escasez de suelo y poca rentabilidad: las causas detrás de la falta de vivienda social

El Banco de España ha cifrado en 600.000 las viviendas sociales que faltan por ser construidas. Entre las causas están la falta de suelo edificable y la poca rentabilidad que reciben los constructores.