Cuando es posible el agente notifica la infracción en el momento, pero cuando no ocurre así se envían hasta dos correos certificados al propietario del vehículo para que identifique al conductor.
El problema es cuando esos correos no llegan, la infracción de tráfico deja de tener validez porque no es asumida por nadie pero se convierte en otra mucha más cara. "Nos encontramos con que por cometer una infracción que desconocemos a los pocos meses tengamos un embargo, por un importe que puede ser el doble o el triple de la multa original" explica Pedro Javaloyes, postavoz de Dvuelta.
Una de cada tres multas, según los expertos en recursos, no llega y apuntan a que el problema puede no ser sólo un fallo de Correos. "Se ahorran el trámite porque es más barato que una notificación certificada" indica Ana Toribio, portavoz de Multalia.
Y denuncian que los conductores sufren por esta práctica una total indefensión. "Me enteré que tenía una multa por unos 350 euros en el momento en el que se produce el embargo en mi cuenta, no puedo hacer nada hasta que no me embargan ya por el doble de la cuenta inicial" dice Carlos López García, conductor multado.
Hasta este verano sólo la DGT ha recaudado al día un millón de euros en multas, una cifra que al final de año se multiplicará con las multas de tráfico, de ayuntamientos y de Comunidades Autónomas que tienen transferida esta competencia.