Hasta Revilla ha tenido que buscarse una alternativa a sus taxis de siempre para llegar su reunión con Pedro Sánchez. Es uno más explorando otras opciones en plena huelga.

Hay servicios mínimos para personas con discapacidad y familias con niños pequeños. "Leímos por la prensa que con niños también nos llevaban pero nos dijeron que eran bebés solamente", afirma una usuaria.

Los que peor lo están teniendo son quienes tienen aviones y trenes a primera hora de la mañana. Con el metro cerrado hay que recurrir a autobuses nocturnos, como una mujer que tuvo que utilizar "tres o cuatro combinaciones. Fue difícil hacerlo". Difícil y largo. Una hora y media de autobús que hace que "que los madrugones sean considerables", según los viajeros.

Para evitar las colas de los autobuses, en cuanto abre la opción preferida, varios escogen el metro. Hay quien se rebela contra la huelga y tira de aplicaciones: "Como no hay taxis, pues en Cabify vamos". Otros afirman que "vamos a usar Uber".

Y quien, como Revilla, explora otras opciones y van "con coche privado". Una alternativa no apta para todos los bolsillos, ya que duplican el precio que normalmente cuesta un taxi al aeropuerto. Nada que ver con la opción más económica y la estrella de las alternativas: los padres. Muchos recuerdan que la familia es lo primero.