Nos citamos con Mayte en una calle popular de Málaga. Ella vive con su pareja y lleva tiempo buscando un piso al que mudarse. Los precios de la ciudad están inasumibles y, en medio de la maraña de anuncios inmobiliarios, encuentra uno que parece una auténtica ganga. Nos lo muestra en su móvil: se ajusta a lo que ella quiere y el precio es de solo 500 euros. "Las fotos eran preciosas", señala.

Decide escribir por WhatsApp al número que aparece junto a las fotografías y le responde un hombre que se hace llamar Manuel. Le explica que está muy interesada en el piso ofertado y le gustaría verlo. El presunto dueño comienza a poner poner excusas: asegura que está fuera de Málaga y que hay otra persona que también quiere el piso. Para meter más presión, Manuel le dice en un mensaje que "el primero que pague la reserva se lo queda". Mayte no está dispuesta a adelantar dinero sin ver el piso.

Días después descubre, por otros anuncios, que se trata de una estafa y que el piso realmente no existe. Ella se ha librado de perder 500 euros, pero la lucha en un mercado inmobiliario asfixiante hace que muchos caigan en la trampa: "El precio, demasiado bueno", resume. Por un momento se paró a pensar que nadie regala nada yha contado su experiencia en Twitter para que a nadie le pase lo mismo.

Las prisas no son buenas

En el sector conocen bien ese tipo de anuncios engañosos que cada vez proliferan más. Los portales inmobiliarios como Idealistarecomiendan estar alerta ante cualquier anuncio sospechoso. Recomiendan siempre no hacer ninguna entrega de dinero sin comprobar que la vivienda existe y que la persona que lo ofrece es realmente el propietario.

Además, se debe evitar dar datos personales a extraños que puedan comprometer la seguridad. Siempre que nos encontremos con un anuncio que presente dudas, se debe comunicar al propio portal inmobiliario y, en caso necesario, también a la Policía.

A kilómetros de los pisos caros

En solo un año, los pisos de alquiler se han encarecido más de un 10% de media en nuestro país, según datos de Fotocasa. Esto está produciendo, según las inmobiliarias, que la gente esté ya buscando opciones a 20 y 30 kilómetros de las grandes ciudades. A falta de oferta, la demanda la encuentran lejos.

Un éxodo obligado a viviendas alejadas de las grandes capitales que tiene su repercusión: ciudades del extrarradio están viendo cómo sus precios van en aumento por la llegada de nuevos inquilinos que reducen la oferta. Nos lo comenta el agente inmobiliario de 'Tramita', en Santa Coloma de Gramenet. Carmelo Soriano asegura que los pisos en su localidad han subido de 600 euros a unos 800 euros al mes.

Precisamente, a solo unos kilómetros deBarcelona, son las localidades de Santa Coloma, Cornellà y Moncada i Reixac las tres que más han absorbido el flujo de inquilinos que no encuentran vivienda en la ciudad condal. En el caso de la capital madrileña, la situación es muy similar. Aquí los municipios de Leganés, Pinto y Humanes han recibido a los ciudadanos que no pueden permitirse alquilar en la ciudad de Madrido que, simplemente, no han tenido suerte con la búsqueda.

Los alquileres no tocan techo y la periferia está siendo el salvavidas al que agarrarse. Pero, ojo, ese salvavidas no es infinito.