En Corea del Sur reinventan el sumo, su deporte tradicional. Hasta ahora apenas tenía popularidad y ya no interesaba, por tanto han decidido darle un lavado de cara.

El característico físico de los luchadores de este deporte ha cambiado radicalmente. Han dejado de lado la tradición y se han puesto en forma, ahora son delgados y musculosos, moldean sus cuerpos a base de una dieta estricta y de mucho gimnasio y ejercicio. Además no solo cambian su físico, sino que esto ha implicado que la forma de pelear sea totalmente distinta a lo que estábamos acostumbrados a ver.

Gracias a esto han conseguido atraer al público más joven, devolviéndole así la popularidad que había perdido.