Todo estaba preparado, la primera prueba en Gran Bretaña no tuvo problemas, pero ha sido llegar a Sudáfrica... y el coche está parado.

Un sensor en la bomba de la gasolina de un motor ha retrasado la prueba supersónica de los 1600 km/h. Y también está el viento, los tornados... y cualquier ráfaga que a esta velocidad puede ser fatal.

Ya ocurrió en el récord en 1997. El piloto de aquella prueba, Andy Green, el mismo que pilotará el nuevo prototipo alertó de los problemas del viento. No solo eso. El terreno tiene que estar perfecto y por eso han quitado 16.500 toneladas de roca con la manos.

El test se retrasa, el 'Bloodhound' espera y para verle en acción habrá que seguir esperando.