Era un secreto a voces y el propio Jon Rahm lo confirmó este jueves por la noche por videoconferencia: el vasco ha fichado por el LIV Golf con un contrato de 500 millones de euros, el más grande de la historia del deporte.

"He tomado la decisión pensando en mi y en mi familia", explicó el de Barrika, que a pesar de haber criticado en el pasado a los golfistas que se marchaban al LIV, ha sucumbido a los 'petrodólares'.

"No voy a mentir y decir que el dinero no ha sido una de las causas por las que me voy a incorporar al LIV. Cuando supe la cantidad, pensé: 'bien hablemos'", ha reconocido.

"También la posibilidad de hacer más grande el golf jugando en países a los que nunca hemos acudido. Entiendo que hay gente que no esté muy contenta, pero mi ética de trabajo no cambia", ha explicado.

Eso sí, Rahm espera que PGA Tour y LIV lleguen a un acuerdo para que pueda seguir jugando los grandes torneos: "Mi objetivo es seguir persiguiendo récords. Afortunadamente el Masters casi podré jugarlo de por vida, el US Open hasta 2031 y los otros dos por lo menos cinco años más".

Sobre el peligro de perderse la Ryder Cup, el vasco, al igual que con los anteriores, confía en que se disipe: "El riesgo de no jugarla, pesó, no hay duda. Pero deseo que esa parte se pueda llegar a un acuerdo y seguir jugando más ediciones".

De igual forma ocurre con los Juegos Olímpicos de París: "No sé si me dará o no. Yo espero que sí porque me fastidió mucho perderme la cita de Tokio por el covid. Y si no, espero que se dé una situación en el futuro que permita a todos los mejores jugadores del mundo pelear por la medalla de oro".

Parece que el paso que ha dado Jon Rahm puede decantar la balanza de las negociaciones entre el PGA Tour, el DP World Tour y el Fondo de Inversión saudí (PIF), propietario del LIV, que antes de que termine el año deben llegar a un acuerdo para poner paz en el mundo del golf.