En la isla francesa de La Reunión, con motivo de una misión de investigación, se capturó a un tiburón tigre que medía casi tres metros de largo y que habitaba en aguas del Océano Índico, características por sus cálidas temperaturas.

Lo que no se esperaban los investigadores era que, tras diseccionar al escualo, hallasen en su interior dos brazos humanos. Uno de ellos se pudo identificar gracias a que aun portaba una pulsera en la muñeca.

Se trataba del brazo de un hombre de 70 años que desapareció de la costa occidental de la isla en diciembre tras salir a remar en su kayak. Para cerciorarse de que la extremidad correspondía al hombre, se recurrió a una prueba de ADN que certificó los hechos.

En la isla gala de La Reunión se han contabilizado, desde 2011, 24 ataques de tiburones, de los cuales 11 han sido mortales. El tiburón tigre se trata de un depredador que ataca desde el fondo del agua y engulle todo aquello que flote.