Cristiano Ronaldo sigue empeñado en hacer valer su ley en el Mundial de Rusia, la de la eficacia y la pegada ante las porterías rivales. Si ante España salvó un empate agónico con un triplete, frente a Marruecos, en el estadio Luzhniki, le dio a Portugal una victoria sufrida pero imprescindible que además significa la eliminación de su rival.
Es el líder indiscutible de las 'Quinas', el capitán, el referente, el factor diferencial, como reconocen todos sus compañeros. A Fernando Santos no le gusta que se focalice tanto en el delantero del Real Madrid. Pensando en el equipo, hasta le molesta. Pero no puede negar que el delantero de Madeira es el guía y el faro de un equipo que necesita de él como el comer.
Cristiano Ronaldo volvió a ser la luz que dirige sus destinos, como mejor sabe, con su infalible cita con el gol. Portugal no jugó bien una vez más, pero tiene al '7'. Resistió que los hinchas marroquíes coreasen reiteradas veces el nombre de Leo Messi.
Hasta le pudo motivar más, para, como frente a España, inaugurar la cuenta muy pronto, esta vez al rematar un saque de esquina y en ello se resguardó Portugal, que a partir de ahí redobló esfuerzos par amainar el empuje de una selección de Marruecos que pese a encajar su segunda derrota dio la cara e incluso hasta rozó la sorpresa.
Cambios en Portugal
Pero Herve Renard no tiene a Cristiano Ronaldo. De haberlo tenido probablemente Marruecos se habría llevado el choque. Por dominio y aproximaciones al área no quedó, pero le faltó remate a los 'leones del Atlas', infatigables en todo momento pero inoperantes en el momento de la verdad.
La victoria para Portugal es cumplir el guión marcado tras la igualada con España, dar un paso hacia los octavos de final. La derrota para Marruecos significa entonar la despedida del torneo con dos derrotas y sin opciones de progresar. Fernando Santos definitivamente apostó por hacer tan solo un cambio respecto al once que planteó frente a España en el estreno.
Se decantó por el dinamismo de Joao Mario en lugar de Bruno Fernandes. Mientras, el valencianista Gonçalo Guedes recibió un nuevo voto de confianza y continuó para darle aire a la faceta ofensiva junto a Cristiano Ronaldo.
Mientras, sorprendentemente, tras anunciar después del choque ante Irán que era baja, Noureddine Amrabat, extremo del Leganés, repitió en el equipo que dirige el francés Herve Renard, aunque tuvo que jugar con una protección en la cabeza tras haber sufrido una ligera conmoción cerebral en San Petersburgo, al menos el primer cuarto de hora porque no se sentía cómodo y se la quitó.
Cristiano, demoledor
Para entonces, Cristiano Ronaldo ya había impuesto su ley al rematar un centro desde la derecha de Joao Moutinho (tras tocar levemente Bernardo Silva en el saque de esquina) y rematar de cabeza desde el área pequeña, al zafarse del central luso-marroquí Manuel da Costa, muy 'tierno' en esa acción. Marruecos no se arredró. Asumió el golpe con entereza y pasó a mandar.
A Portugal no le molestaba en exceso conceder la iniciativa a su rival, pero Amrabat se convertía una pesadilla para Raphael Guerreiro y con ello las aproximaciones al área de Rui Patricio eran reiteradas y además muy peligrosas.
El meta que acaba de fichar por el Wolverhampton evitó el empate en un remate de cabeza de Mehdi Benatia, pero en el resto de oportunidades apenas siquiera Khalid Boutaib y compañía pudieron rubricar el gran esfuerzo y el buen partido de su equipo.
Apretó y apretó. 'Rascó' todo lo que pudo. Trató de acogotar a Portugal y durante muchos tramos lo consiguió, pero el vigente campeón de Europa lo fue por sacar adelante partidos como este, en los que no brilló pero ganó. Por experiencia, por su calidad indudable, pero sobre todo por su líder.
Salvador Rui Patricio
Gonçalo Guedes tuvo en sus botas el 2-0 antes del descanso, pero Munir, que tan buena campaña ha hecho en el Numancia, acreditó sus buenas maneras para evitar el gol, aunque quizá la parada del encuentro la hizo, a los 52 minutos, Rui Patricio, con una magnífica intervención a remate de cabeza de Younes Belhanda.
Al amparo de la numerosa y ruidosa afición, Marruecos trató de aferrarse a la vida con todo. Con un espíritu irreductible buscó el empate por todos los medios, con ardor, quizá demasiado. Le faltó tener la cabeza fría y más acierto. Fernando Santos lo vio muy claro. Era el momento de matar el partido, de aguantar pero a la vez sentenciarlo ante un rival tan ofuscado por buscar nada más que el ataque.
Recurrió a Gelson Martins en busca del vértigo a la contra, aunque tampoco la encontró. De nada le valió a Marruecos dominar todas las facetas estadísticas del encuentro, posesión, tiros, tiros a puerta... De ser superior. Perdió en la más importante, la de los goles. Ahí el que manda es Cristiano Ronaldo.
De momento, le vale para acercarse hacia los octavos, pero Portugal sabe que necesita mejorar en su fútbol notablemente si quiere aspirar a algo importante. Tiene a Cristiano Ronaldo 'on fire'. Pero necesita más. Marruecos, último rival de España en este grupo B, cayó, pero lo hizo con honores, con un gran partido. Lo único que no le correspondió fue el resultado.
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