Se esperaba que, tras lo visto en los test de pretemporada de este año, la Honda de Marc Márquez fuera muy competitiva. Sin embargo, resultó ser todo lo contrario.
Al principio, se pensaba que la bajada de rendimiento tenía que ver con la posición en la que se colocaba Márquez en la moto, fruto de sus operaciones en el brazo.
Sin embargo, se comprobó que ese no era el problema. Se recurrió por una distribución de pesos a la hora de hacerla evolucionar, acompañado de una bajada de potencia, que hicieron que la Honda perdiera esa competitividad.
De hecho, este año ha sido la Repsol Honda la única moto que no ha ganado ninguna carrera en 2022. Esto ha coincidido con la ausencia de Márquez la mayor parte de la temporada, ya que el piloto estaba recuperándose de su cuarta operación del brazo.
El de Cervera señala que "el carácter de la moto" es el culpable de que la Honda no vaya bien. "Este año ha cambiado mucho y para mi estilo es peor, me siento más incómodo", añade el piloto español.
La exigencia de Márquez
"Quiero una moto ganadora", ha manifestado Márquez a Honda. En la fábrica ya están trabajando en la moto de 2023, con la finalidad de que sea consistente en todas las pruebas de la temporada.
Sin embargo, a pesar de que este año la Honda no era buena, Márquez en su regreso, y sin estar al 100% ha hecho actuaciones muy sobresalientes, como la pole en Japón tras más de 1.000 días.
Las motos están evolucionando, y eso implica que los pilotos también deben adaptarse a los cambios. El objetivo a corto plazo es volver a luchar por el título por lo que, a poco que mejore la moto, Márquez seguirá brindando espectáculo, visto lo visto en 2022.