Aún ni ha empezado la temporada, tan solo llevamos cuatro jornadas de test de pretemporada y la guerra entre Mercedes y Red Bull ya se ha desatado.

No era difícil imaginar que el cambio de reglamento traería 'dimes y diretes', pero los dos gigantes de Fórmula 1 ya están enzarzados en una batalla que ha inmiscuido directamente a la FIA.

Hace dos semanas, en Montmeló, la marca de la estrella llamó mucho la atención por sus novedosos pontones, pero desde Brackley ya advertían: en Bahrein se iba a ver un monoplaza muy cambiado, y así ha sido.

Los ingenieros James Allison y Jeff Owens han dado la vuelta al reglamento y han presentado un coche con los pontones reducidos al máximo gracias a la inclusión de un novedoso sistema de refrigeración en la parte superior, que permite 'airear' el motor y estrechar los laterales.

Christian Horner, jefe de Red Bull, no ha tardado en cargar contra la novedad de su rival, llamando a las puertas de la FIA para su análisis.

"Este coche viola el espíritu del reglamento. Hay varias partes que no son legales", afirma el británico a 'Auto Motor und Sport'.

Cabe recordar que el reglamento de la FIA para la presente temporada prevé estos casos, y uno de sus puntos permite prohibir cualquier elemento que vaya en contra de la normativa.