Cómo corre el Ferrari. Cómo ruge el motor que han creado en Maranello para este 2022. Cómo sonríen ahora, sabedores de lo que tienen entre manos... y cómo han de preocuparse los demás viendo al misil rojo con el mítico y legendario 'cavalino' de la Scuderia. Sí, llegó Bahrein. Sí, llegó lo serio. Y sí, al llegar lo serio se ha demostrado que en Italia han hecho un enorme trabajo. Carlos Sainz, tan feliz.

Porque ya está en el 'juego'. Ya está en disposición de pelear por algo. De poder ganar. De sumar lo que él quiera sumar y de escribir su nombre en la historia de la Fórmula 1. Casi lo hizo en el primer intento con un coche competitivo. Con un cochazo que en Sakhir dejó claro que va en serio.

Que quizá Mercedes llegue, pero que ahora la máxima preocupación de Red Bull está en Italia. Está en Mónaco. Está en España. Está en un coche rojo y en dos pilotos y un motor que les puede crear más problemas de los que ellos pensaban al acabar 2021. Porque todos les esperaban. Y, al final, han llegado.

Cuando han soltado el freno de mano de la unidad de potencia se ha visto correr como hace tiempo al Ferrari. Iban sobrados, así de claro. Tan sobrados que en Q1 en un intento ya eran primero y segundo. Para qué volver a salir. Y en Q2, de haber querido, podrían haber pasado sin problemas con neumático usado.

Vamos, algo que ni se podía plantear en 2021. Y lo que tampoco se podía plantear es que en Q2, cuando pusieron gomas nuevas. A 30 milésimas se quedó Sainz de Verstappen... Sin duda había buena pelea en Q3. La había entre Max y los do Ferrari.

Comenzó Carlos mandando, con la pole provisional y llevando toda la presión al garaje tanto del actual campeón del mundo como también de su compañero de equipo. Siempre había estado detrás, hasta ahora. Tras el primer intento por la pole, Sainz era el mejor.

Carlos estaba delante. Quedaban dos minutos. Salieron todos los monoplazas, los diez que restaban, a pista. Ahí estaba todo. En un par de minutos. Ahí fue cuando Leclerc sacó esa décima de más que tenía el Ferrari para pasar a Sainz, y cuando Verstappen tuvo que sudar, y mucho, en una pelea que a buen seguro pensó sería contra Hamilton o contra Russell.

Pero Mercedes, de momento, no está. Ferrari sí, y no solo por los coches rojos sino por los que llevan sus motores. Alfa Romeo brilló... pero es que Haas también, con Magnussen en Q3 y con Schumacher en Q2. Desde Brasil 2019 no superaban con ambos coches la primera ronda clasificatoria.

No ha podido ser, pero Carlos Sainz tiene coche para pelear por lo que él quiera pelear. Él lo sabe... y en Ferrari también.