Paula Boira Nacher
Editorial: Libros del K. O.
Año de publicación original: 2025
Termina uno de los últimos capítulos de Un aborto, 8000 pesetas con la siguiente cita de Rosa Montero: "Hay una historia que no está en la historia y que solo se puede rescatar escuchando el susurro de las mujeres". Es el perfecto resumen de lo que es este precioso libro escrito por la periodista Paula Boira Nacher.
Mientras leía el libro para preparar la entrevista con su autora, le comenté a una compañera lo mucho que me estaba emocionando. "¿Conoces a alguna mujer que te haya dicho que ha abortado?", me preguntó. Cuando le dije que solo a una, me respondió que seguramente conocía a más, pero que no me lo habían contado porque es algo de lo que no se habla. A pesar de que según los datos oficiales, cada año 100.000 mujeres se someten a una interrupción voluntaria del embarazo.
Cada año, 100.000 mujeres se someten a una interrupción voluntaria del embarazo
Lo que se recoge en este libro es la historia o las historias de tantas mujeres, activistas y pioneras, algunas a su pesar, antes de 1985, cuando el gobierno de Felipe González aprobó una ley que despenalizaba el aborto en tres supuestos casos. Vender este hito como un hecho aislado, como un regalo que un grupo de políticos hizo a las mujeres españolas desde la tranquilidad de un despacho enmoquetado, es un grandísimo error.
Esa ley llegó como consecuencia de una lucha de décadas a cargo de mujeres, fundamentalmente, y hombres que se arriesgaron a pisar la cárcel. Una lucha al servicio de todas esas mujeres que pusieron su cuerpo y su vida en riesgo interrumpiendo embarazos que no deseaban por cualquiera que fuera la razón, porque si en algo ha incidido la lucha feminista es en que una mujer no necesita ninguna razón para abortar.
Botes de Nescafé y bombas de bicicleta
Vertebra la parte principal de este reportaje periodístico la red clandestina que practicaba abortos seguros en Valencia durante los años de la Transición. Una red que importó la idea de Francia, gracias a una activista, y que tuvo un éxito inmediato que se replicó en varias ciudades españolas.
Los abortos los practicaban con el método Karman, que consiste en aspirar el contenido uterino
Los abortos los practicaban con el método Karman, que consiste en aspirar el contenido uterino. Ante la imposibilidad de comprar un equipo adecuado, fabricaban estas bombas de absorción con un bote de Nescafé que convertían en una caja de vacío gracias a una bomba para inflar ruedas de bicicleta con el mecanismo al revés.
Así conseguían que en vez de inflar, absorbieran el contenido. Para asegurarse de que guardaban el secreto, citaban a las mujeres en grupos y las obligaban a firmar un papel declarando que la interrupción era voluntaria.
Un relato luminoso
Lo que más sorprende de este Un aborto, 8000 pesetas es el optimismo, la luz con la que está contado todo. Uno esperaría un rosario de historias tristes en torno a algo tan íntimo que todavía hoy resulta un tabú. Hay de eso, pero no es la tónica general ni mucho menos.
Claro que entre sus páginas encontramos las vivencias de mujeres pobres que todavía hoy viven con vergüenza haber abortado, otras, sabemos que no lo pueden contar porque murieron a causa de las heridas y las complicaciones posteriores, pero lo que aquí se cuenta es otra cosa.
El libro cuenta las historias de aquellos que dieron a las mujeres la oportunidad de ser dueñas de su vida y de sus cuerpos
Las historias que recoge la periodista Paula Boira Nacher son las de aquellos que dieron a las mujeres la oportunidad de ser dueñas de su vida y de sus cuerpos. Emociona leer las historias de mujeres, muchas anónimas, otras conocidas como Cristina Almeida o Consuelo Catalá, así como estudiantes de enfermería y medicina que crearon los primeros centros en los que se daba educación sexual a mujeres y se las ayudaba a abortar.
Un relato conmovedor y esperanzador que da buena nota de lo que es de verdad la vida más allá de los despachos. Porque mientras en las instituciones, el aborto ha sido y sigue siendo un motivo de debate y de prohibición, en la calle nunca ha sido así: existe y las mujeres que lo necesitan acudirán a él.
Así que el debate, como apuntaron durante las manifestaciones por su legalización en Argentina hace apenas unos años, no se trataba de si sí o si no, sino de en qué condiciones se iba a permitir a las mujeres que realizaran una actividad que llevaban toda la historia haciendo. De hecho, en este mismo libro se cuenta cómo la Guardia Civil sabía perfectamente lo que ocurría en Valencia, miles de abortos clandestinos seguros, pero miraban para otro lado siempre que no hubiera una denuncia.
'Un aborto, 8000 pesetas' nos habla del país que fuimos, del que construyeron las mujeres a las que durante mucho tiempo se ignoró
Este texto sirve para ser consciente de la opresión que han sufrido siempre las mujeres y el cristal tan fino por el que caminan sus derechos. Tan fino que, como nos demuestra el caso de Estados Unidos, basta un mal gesto para que se quiebre. Y no hay que irse tan lejos.
En España, en el año 2014 a punto estuvimos de dar un salto mortal hacia atrás cuando el exalcalde de Madrid, convertido en ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, quiso cambiar la ley del aborto por una más restrictiva que la primera que se aprobó en 1985 por el gobierno de González. la presión popular se lo impidió y Gallardón decidió retirarse de la política.
Un aborto, 8000 pesetas nos habla del país que fuimos, del que construyeron las mujeres a las que durante mucho tiempo solo se tuvo en cuenta para convertir sus derechos, o la falta de ellos, en el canario en la mina de la democracia.
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