Romain Grosjean vuelve a sonreír. Tras más de casi tres meses sin volver a pilotar un coche de competición por el terrible accidente que sufrió en Baréin , el piloto francés ha vuelto a subirse a un monoplaza.

El expiloto de Haas salvó su vida al salir por su propio pie tras más de medio minuto de agonía entre las llamas provocadas por el fuerte impacto contra las barreras de protección. 87 días después de aquel suceso trágico, Romain ha vuelto a un circuito.

Y es que el galo se ha subido de nuevo a un monoplaza. Esta vez de la IndyCar, nueva competición para Grosjean, donde competirá con el equipo Dale Coyne Racing.

El piloto francés ha probado la que será su nueva máquina para esta temporada en el circuito de Barber Motors Park, Alabama. En este test privado, el ex de la Fórmula 1 ya ha probado sensaciones con un nuevo coche con el que empezará su andadura en la Indy, que dará comienzo el próximo 18 de abril en el mismo trazado.

El que fuera compañero de Kevin Magnussen compareció ante los medios oficiales de la IndyCar tras su primera toma de contacto. "Después de la primera vuelta, me empezaron a doler un poco los bíceps y pensé: 'Está bien, está bien. Ahora estamos hablando...", aseguró el ex de Haas.

El francés se embarca así en una nueva competición aunque no correrá las dos carrera que tienen lugar en Indianápolis y en las Vegas. El galo, que no olvida el accidente de Sakhir, no competirá en los peligrosos óvalos por su familia.

"Si tuviera 25 años y no tuviera hijos, haría toda la temporada, sin duda. Pero soy padre de tres hijos, y durante dos minutos y 45 segundos en Bahrein, sé que pensaron que habían perdido a su padre", dijo Grosjean a Motorsport.

También la familia de Grosjean ha querido ser partícipe de un día especial para el expiloto de el 'Gran Circo'. Romain ha subido una fotografía en su cuenta de Twitter en la que aparecía subiéndose por primera vez a su nuevo coche, con un casco con dibujos de sus hijos. "Estoy tan feliz de usarlo", dijo el francés.