Confirmadas la salidas de Lewis Hamilton de Mercedes y de Carlos Sainz de Ferrari, existe la duda de cómo evolucionará la relación entre pilotos y equipos, sobre todo, cuando comiencen a desarrollarse reuniones de planificación de cara a 2025.

Como es evidente, tanto el británico como el madrileño no estarán en las salas, pero es prácticamente inevitable que no se destile información.

Otra duda es cómo tratarán las escuderías a sus todavía pilotos si se encuentran en condiciones de ganar a sus compañeros, que el próximo año continuarán en la escuadra.

Estas preguntas se las trasladaron a Fernando Alonso durante los test de pretemporada celebrados en Bahréin la semana pasada.

El bicampeón del mundo de Fórmula 1, experimentado en este tipo de circunstancias, recordó lo que vivió en Renault en 2006 después de comunicarle a Flavio Briatore antes de que arrancara la temporada que en 2007 pondría rumbo a McLaren.

La escudería francesa trató de priorizar a Giancarlo Fisichella, pero a excepción del fin de semana en Malasia, el italiano estuvo muy lejos del asturiano.

Para Alonso, su día a día no cambió en exceso... al principio: "Para mí no fue una gran diferencia. En 2006 comencé muy bien la temporada con el equipo, muy relajado, con muy buen ambiente. Para mí no cambió mucho".

Pasado verano, comenzó el hermetismo en el equipo: "Quizás cambió un poco a mitad de temporada, porque el equipo estaba probando cosas para el año siguiente y yo no estuve involucrado en ahí y me ocultaron algunos secretos, lo cual era comprensible".

"Creo que desde el punto de vista del piloto no cambia mucho para el equipo, solo intentan ocultar algunas cosas en la segunda parte del año", añadió Fernando.