A pesar de los buenos resultados que está cosechando Carlos Sainz en su estreno con Ferrari, ni mucho menos se conforma. Sus palabras lo confirma, siempre con un discurso ambicioso que su gran objetivo, "ser campeón del mundo" vestido de rojo", sigue más vivo que nunca.

En la previa del Gran Premio de Azerbaiyán aseguró que todavía le queda para estar al 100%: "No sé si hay truco, pero aún no he terminado esta adaptación, faltan cosas por hacer, no estoy a mi máximo nivel en Ferrari, y hay cosas privadas también de las que no quiero hablar".

Mejorar en dos o tres décimas para dar un salto definitiva. Tiene claro el plan el madrileño: "Hay que trabajar mucho en la fábrica y entender cada detalle del coche, porque son muy complejos, se hacen muchas cosas desde la cabina, hay allí todo tipo de herramientas para el 'set up', y hay que echarle el tiempo y dedicación que se merece".

Sainz no esconde que se fija en su compañero de equipo, Charles Leclerc, desde que llegó a Ferrari: "De revisar dónde es mejor Charles, esa gran vuelta que tiene, tan veloz, aprender cómo".

"Este reto es divertido, el de buscar esas dos o tres décimas explotando los recursos que tienes, te reta como piloto, pero también te saca de tu zona de confort para encontrarlas, mirar a lo que hacen los demás y cambiar algo el pilotaje", finalizó Sainz.

Segundo en Mónaco, en una actuación espectacular, el ex de McLaren y Renault es consciente que la película será muy diferente en Bakú, donde el SF21 podría sufrir más de lo normal. Pero los de rojo siguen en el camino indicado.