Borja Iglesias ha creado una gran expectación en el Betis. El delantero, que impresionó en su primera y única temporada en el Espanyol, se puso la verdiblanca ante la que ya es su afición en su nuevo estadio, y la hinchada está como un niño como zapatos nuevos con él.
No es para menos, pues el punta es el segundo fichaje más caro de la historia del club sevillano, después del de Denilson. El brasileño, eso sí, no llegó a cuajar en Sevilla.
El Panda ya pisó un Villamarín ante 3.000 aficionados, que corearon su nombre y que vieron a su nuevo ídolo besarse el escudo del Betis. "Estoy muy feliz de estar aquí y tengo muchas ganas de empezar", dijo el 9 bético.