El encuentro entre el Sevilla y el Celta de Vigo ha dejado una escena no muy habitual. En la batalla por alejarse de los puestos de descensos, los hispalenses y los celestes se enfrentaban en el Ramón Sánchez Pizjuán envueltos en un ambiente de presión.

Con el resultado favorable para el conjunto andaluz, el técnico del Sevilla Quique Sánchez Flores decidió retirar del terreno de juego a Youssef En-Nesyri, autor del primer y único gol del conjunto rojiblanco. Al marroquí no le sentó muy bien este cambio, mostrando su enfado dándole una patada a una botella de agua.

Quique Sánchez Flores fue directo a reñir al marroquí ante su acción, a lo que el jugador respondió tratando de encararse con el técnico madrileño. Lucas Ocampos fue el que trató de calmar los ánimos separando a su compañero y a su entrenador.

Tras el encuentro, Quique trató de quitarle hierro al asunto: "No estoy enfadado con él. Entrenamos toda la semana 25 jugadores y deben tratarse entre ellos como iguales. No me gusta que haya aspavientos o protestas que puedan ir en contra de la imagen del equipo o del club".

"Era una situación revolucionada, entiendo que haya muchas pulsaciones, pero no puedo permitir que unos se sientan distintos a otros. Lo dialogaremos y lo vamos a resolver. Tiene una lesión en el tobillo desde hace dos semanas y está jugando mermado. Dicho esto, se acaba resolviendo internamente", concluyó el técnico del Sevilla en rueda de prensa.